JULIETA RADA
Julieta Rada (1990), la hija menor de Rada, artista y hoy con la vida repartida entre Montevideo y Nueva York, cuenta la vez que su padre llegó con un equipo de audio que quería instalar en un lugar muy particular de la casa: ¿Qué pasó a raíz de esa decisión?
Matías Rada
Guitarrista y cantante
¿Cuál es el mejor —y el más curioso— regalo que Matías Rada le hizo a su padre? ¿Qué recuerda de un especial show que dieron en Japón en 2012? Músico con fuerte personalidad propia, integrante de Illya Kuryaki and the Valderramas y miembro estable de la banda de Ruben Rada, aquí Matías Rada repasa dos momentos inolvidables de una vida al lado del Negro.
Es artista todoterreno, ha acompañado al Negro Rada en diferentes proyectos musicales a lo largo de su vida y es, antes que nada, su hija mayor. Nacida en Buenos Aires en 1981, Lucila —hoy en TV Ciudad— evoca los momentos más tiernos de aquella infancia porteña, una hilarante anécdota reciente ocurrida en un aeropuerto de Brasil, y las grandes lecciones del hombre al que define como “una anécdota constante”.
Dice que ocurrió en los setenta y que fue en Estados Unidos, en el Teatro Paramount de Washington, en un día de recital. Rada conoció a Bob Marley en un camarín, el bajista del rey del reggae le convidó un porro —«un gracioso»— y esto, en la voz de Rada en entrevista con El País, es lo que pasó.
Es una de las anécdotas más singulares de los últimos años de Ruben Rada. En febrero de 2016, con la visita histórica de los Rolling Stones a Uruguay, el Negro se encontró con el mismísimo Mick Jagger en casa de Fernando “Lobo” Núñez, una noche que incluyó candombe y un vaso de agua de la canilla y que terminó registrada en un documental de Netflix, Olé, Olé, Olé, y en una canción del propio Rada, “Lobo y Miguel”, de su disco Negro Rock de 2020.
«Siempre hice de mi ropa una manera de vivir. Me río porque me voy a comprar ropa y no tengo suerte, siempre me pasan cosas raras, no me gusta nada de lo que veo en las vidrieras. lo que veo, lo tuneo. Agarro camisas blancas y les pongo dibujitos, cosas, pedacitos de otras telas; me encanta jugar con la ropa, los zapatos, los pantalones. Siempre. En los discos de Tótem andaba con pantalones Oxford, supe andar con sacos de cuero, tipo la Gestapo; usé todo tipo de ropa. Las motas paradas como Hendrix, de colores, con pinchos, sin pinchos. El tuneado de la ropa lo hago yo; todas las camisas largas que uso me las invento, todo. Me encanta.»
Ruben Rada. Fragmento inédito de una entrevista con El País, diciembre de 2017
Reconocido hincha de Peñarol, Rada ha contado que, en su vida, el plan A era ser futbolista. Criado muy cerca del Estadio Centenario y marcado por el Mundial de 1950 y aquella generación de campeones, la tuberculosis que tuvo entre los dos y los cuatro años y sus consecuencias (una mancha en un pulmón, que aparecía cada vez que se iba a hacer una ficha médica) frustraron su carrera.
El fútbol, sin embargo, le dejaría varias anécdotas. Esta es una imperdible:
