De integrar paneles en programas de TV al sillón de Rivadavia: el nuevo presidente argentino y su misión de reconstruir el país
El excéntrico economista libertario llegó al poder con un discurso combativo y anticasta que conquistó a millones.
Se acaba de quedar sin trabajo. No tiene mujer, no tiene hijos. No tiene a nadie más que a su compañero, Conan, un mastín inglés a quien conoció hace 2000 años en el Coliseo romano, donde eran gladiador y león. La indemnización que cobró por el despido está destinada, en su mayoría, a la alimentación y los paseos diarios de Conan. Él puede arreglarse con una pizza para todo el día. No le importa estar mal alimentado ni engordar hasta pesar 120 kilos mientras su compañero tenga lo que necesita y merece. De no ser por Conan y por su hermana, Karina, testigo de una infancia cruel, estaría completamente solo.
“El mejor regalo que me dio la vida es cordobés, Conan es cordobés”, dice sobre un escenario frente a una multitud que lo ovaciona. Ya no puede caminar libre. Adonde quiera que vaya, lo rodean una decena de guardaespaldas vestidos de negro, dispuestos a derribar a quien ose acercarse. Si no fuera por ellos, los fanáticos lo desintegrarían. Le gritan, le sacan fotos, le piden que autografíe desde boletas con la fórmula presidencial que encabeza hasta guantes de arquero, dólares falsos, réplicas de la copa de mundo y banderas de Israel. Es noviembre de 2023. Faltan tres días para protagonizar una elección que destronará al kirchnerismo y ya escucha cómo le gritan “¡presidente, presidente!”
Javier Gerardo Milei asumió el poder dándole la bienvenida a “una nueva era”. Comparó su victoria con la caída del muro de Berlín. Anunció ajustes sin gradualismo y advirtió que la pobreza y la inflación subirían en el corto plazo, pero que habría luz al final del túnel: “Es el último trago amargo”. Desde la plaza, sus seguidores vitorearon el “no hay plata”, una frase del libertario que ya se volvió remera.
En campaña, Milei prometió además el cierre del Banco Central, un polémico modelo de dolarización de la economía, la reconfiguración de las relaciones con China y Brasil, un sistema de “vouchers o cheques” educativos y otras sonadas propuestas. Sus ideas —muchas de ellas irrealizables según analistas, a juzgar por las escasas bancas que posee en el Congreso— y su manera de comunicarlas, conquistaron a un núcleo duro de electores compuesto en su mayoría por jóvenes desencantados que ven diluirse su magro salario —si es que tienen uno— al ritmo de la inflación.
El flamante presidente nació el 22 de octubre de 1970 en Buenos Aires. Este año su cumpleaños coincidió con las elecciones generales, cuando clasificó en segundo lugar al balotaje. Un resultado que cayó como un balde de agua fría para sus seguidores, que auguraban un triunfo en primera vuelta como regalo ideal.
Milei se crio en Palermo y luego en Villa Devoto. De sus padres, Norberto Milei y Alicia Luján Lucich, empresario del rubro de transporte de pasajeros y ama de casa, poco se sabe. “Mis padres para mí no existen”, dijo en televisión hace cinco años. “Yo no hablo con mis progenitores. No les digo padres porque no comparto los valores morales y éticos de ninguno de los dos. Para mí, los dos están muertos”, le confesó a Andy Kusnetzoff. En otra ocasión comentó que sufría violencia física y psicológica de parte de su “progenitor”. “De chico había maltrato físico, y estamos hablando de una persona de 1.90, no eran palizas normales. Después, cuando estudiaba, siempre fue despectivo para mi carrera, siempre me dijo que era una basura, que me iba a morir de hambre, que iba a ser un inútil”, contó en un mano a mano con Luis Novaresio.
No obstante, el camino en ascenso del libertario los volvió a acercar. Tanto Norberto como Alicia dijeron presente en la asunción, estuvieron en las gradas del último debate presidencial y en el búnker de La Libertad Avanza en el balotaje.
En su adolescencia, Milei fue frontman de una banda de covers de los Rolling Stones y arquero de las inferiores de Chacarita. “La personalidad del arquero es muy diferente. Se viste distinto. Usa guantes. Es el único que puede jugar con las manos. Si se equivoca, es un gol. Entrena solo. Requiere una personalidad muy fuerte. Es un puesto solitario. Te hacen el gol y todos festejan del otro lado, mientras vos estás solito“, dice él mismo en su libro “El camino del libertario” de la editorial Planeta.
Milei se licenció en Economía en la Universidad de Belgrano. Luego realizó un posgrado en Teoría Económica en el Instituto de Desarrollo Económico y Social y un posgrado en Economía en la Universidad Torcuato Di Tella. Durante el período de las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP) fue jefe de Máxima AFJP. En otra experiencia cercana al Estado, trabajó como asesor de un militar condenado por delitos de lesa humanidad, Antonio Bussi, cuando fue gobernador de Tucumán, electo democráticamente, entre 1995 y 1999. El hoy presidente tuvo una extensa trayectoria en el sector privado. Entre 2013 y 2017 fue economista jefe de la Fundación Acordar —una usina de ideas para la candidatura presidencial de Daniel Scioli— y elogiaba la labor del Banco Central. Además, trabajó varios años para el empresario Eduardo Eurnekian como analista financiero del holding Corporación América, donde entró en 2008 y renunció en 2021. “Tengo 3.700 ñatos que trabajan para la empresa. Uno salió fallado, ¿qué querés que haga?”, afirmó entre risas Eurnekian hace un mes.
El 10 de diciembre de 2021 asumió su banca tras presentarse como candidato a diputado nacional por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y lograr el 17% de los votos bajo el ala del partido que él mismo fundó, La Libertad Avanza. Su carrera política se construyó en los medios. Desde 2017 comenzó a ganar notoriedad en programas a los que era invitado para hablar de economía. Su pelo, sus modos y su temperamento hacían que nunca pasara desapercibido. Fue en esos años que su discurso liberal, “anticasta” y anti-Estado empezó a permear hasta volverse un rasgo identitario.
Hoy está en pareja con la humorista Fátima Florez y vive con sus “hijos de cuatro patas”: Murray, Milton, Robert y Lucas, los cuatro hijos (clonados) de Conan, el gladiador, que murió en 2017. Tiene por delante cuatro años duros, y carga con la promesa de hacer de Argentina una potencia mundial.