Marcelo Bielsa es el nuevo entrenador de la selección uruguaya y tiene un objetivo claro en el horizonte: el Mundial de 2026 organizado por México, Estados Unidos y Canadá. Más allá de eso la llegada del “Loco” es una apuesta fuerte de la Asociación Uruguaya de Fútbol que apunta a un proyecto deportivo pero también con aspiraciones a potenciar distintas áreas de la selección.
Bielsa es uno de los entrenadores más influyentes del mundo y tiene una trayectoria de más de 30 años como DT. Dirigió equipos en Argentina, México, Francia, Inglaterra y España además de las selecciones de Argentina y Chile.
El “Loco” se mete en la breve historia de técnicos extranjeros al mando de la Celeste luego de Daniel Passarella (1999-2000) y Juan Hohberg (1969-1977), nacionalizado uruguayo pero que nació en Argentina.
Tuvo una carrera corta como jugador aunque llegó a vestir la camiseta de la selección en divisiones inferiores. Luego, como DT, cosechó algunos títulos y se caracterizó por un estilo de juego marcado, una filosofía de vida marcada y que traslada al campo y un trabajo meticuloso y de mucho estudio.
Dirigió de 1990 a 1992 tiempo en el que ganó tres títulos: Apertura 1990, Campeonato de Primera División 1990-91 y Clausura 1992. Comenzó su carrera como futbolista pero hizo historia como entrenador a tal punto que el estadio fue rebautizado con su nombre. Es uno de los grandes ídolos leprosos.
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“Ser protagonista, no especular y respetar el reglamento”, pueden tomarse como las tres reglas innegociables para los equipos de Bielsa.
Más allá de ganar o perder -que su importancia tanto debate y reflexiones ha generado- la filosofía del entrenador argentino apunta al espíritu amateur y el amor hacia la tarea, que “es lo único que vuelve satisfactorio el tránsito por el trabajo”. Bielsa cree en prescindir del resultado y darle valor al método, en los argumentos por sobre el estilo, en que “lo importante es la nobleza de los recursos utilizados”.
“Mi concepto es buscar el arco rival, y para eso extremo recursos: me gusta jugar con wings y con mucho pressing en el campo rival”, decía Bielsa sobre su estilo de juego. Además valora la amplitud —porque “por los costados es por donde llegan la mayoría de los goles”— y la profundidad de los laterales —para que “el partido suceda en el campo rival”, poseer el balón y “recuperarlo rápidamente”—.
Además ha dicho que “el jugador necesariamente juega en tres puestos, aunque parta del natural”, producto de “la movilidad que el juego exige”.
Con esa lógica, y dependiendo el partido y el rival, la Argentina de Bielsa jugaba con dos o tres defensas centrales, pero siempre con marcadores de punta ofensivos, que presionaran lo más adelante posible y que en posesión de la pelota llegaran a pisar el área rival y asociarse con el wing de su banda.
Contra Inglaterra, en la segunda fecha del Grupo F del Mundial de Corea y Japón 2002, la albiceleste formó con Batistuta como nueve de referencia; el Kily González y el Burrito Ortega de extremos; dos volantes centrales, uno más ofensivo (Verón) que el otro (Simeone); Zanetti y Sorín de laterales, y tres defensas centrales. Así formaban un 5-4-1 cuando atacaba Inglaterra, y un 3-1-3-3 en posesión de la pelota.
Durante su etapa al frente de la selección chilena, el DT también supo parar en ocasiones una línea de tres con dos zagueros y un líbero, y en otras dos zagueros y un mediocentro que se sumaba a la línea defensiva para cubrir la subida de los laterales. También siempre con un nueve de referencia (Humberto Suazo durante la mayoría de los partidos de las Eliminatorias) y dos extremos, aunque en el Mundial de Sudáfrica debutó con un falso nueve que fue Jorge Valdivia.
Ante Honduras, paró un 4-3-3 con Arturo Vidal y Mauricio Isla como marcadores de punta —que se adelantaban continuamente en presión alta o posesión del balón—; un volante recuperador (Carlos Carmona), uno mixto (Rodrigo Millar) y uno creativo (Matías Fernández); y dos extremos (Jean Beausejour y Alexis Sánchez) que acompañaron a Valdivia en el ataque. Formando así un 3-3-1-3 en muchos momentos de un partido en el que fueron más protagonistas que su rival.
En el correr de la primera temporada al mando del Athletic el equipo fue de menos a más, adaptándose con cada partido al estilo del entrenador. Si bien en La Liga tuvieron un desempeño no tan regular —alcanzando el décimo puesto—, llegaron a la definición tanto de la Copa del Rey como de la UEFA Europa League.
En la final de esta última, frente al Atlético de Madrid, formó como siempre con un delantero acompañado de dos extremos; tres volantes centrales que pasaban a ser dos cuando el mediocentro se retrasaba para cubrir la subida de los laterales, que tenían la obligación de llegar desde un extremo al otro de la cancha. Pasando así de un 4-3-3 a un 3-4-3 en presión alta o posesión de la pelota.
En su primera temporada como DT del Leeds, Bielsa llevó al histórico equipo inglés a los playoffs de la EFL Championship por la tercera y última plaza de ascenso a la Premier League, pero fue eliminado por el Derby County. En su segunda temporada al frente del club, con el equipo consolidado y el estilo más aceitado, logró el título de la Segunda División inglesa y el ascenso directo.
El cuadro partía generalmente con un 4-1-4-1 con Kalvin Phillips como pivote defensivo, que se ubicaba entre los centrales para la salida del balón y para darle profundidad a los laterales, cuando la formación del equipo mutaba a un 3-4-3. Así el Leeds de Bielsa, a pesar de partir con un solo delantero (Patrick Bamford), presionaba y atacaba con prácticamente siete hombres.
El fenómeno Bielsa arrasa en cada club o ciudad en la que el DT se instala para trabajar. En Leeds hasta le pusieron una calle con su nombre. Al argentino le gusta caminar y mucho. Según publicó La Nación, cuando entrenaba al equipo inglés caminaba 50 minutos desde el centro de la ciudad hasta el lugar de entrenamiento. Siempre de jogging. Su hermano, Rafael Bielsa, hoy embajador de Argentina en Chile, dijo al medio argentino que fue cuando se convirtió en 1998 en DT de Argentina que decidió que se iba a vestir siempre de deportivo. “Regaló trajes y sacos y se pasó al jogging. Tratándose de él, se transformó en una decisión drástica”, dijo.
Su forma de pararse en la cancha también es particular. Bielsa camina de un lado al otro y en algunos de los partidos en sus últimos clubes usó la heladerita con bebidas para sentarse y ver el partido.
Marcelo Bielsa no es un extraño en las calles de Montevideo. El entrenador argentino ha pasado vacaciones en Uruguay y se lo puede ver frecuentemente caminando por la rambla de Pocitos o tomando un café en algún bar de la zona. Bielsa es amable con sus seguidores y accede a tomarse selfies y firmar autógrafos si alguien se lo pide pero no da entrevistas a la prensa desde hace más de 25 años. En 2015 cuando caminaba por la rambla pidió en la radio Océano FM para ingresar al baño. En recepción no lo reconocieron y al salir, fue Gonzalo Cammarota, conductor de Justicia Infinita, que le pidió una nota pero el técnico se negó. En homenaje, el programa bautizó el baño con el nombre del DT.