Por Faustina Bartaburu
Lo que los científicos de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) estadounidense anticipaban durante el segundo semestre de 2023 se terminó de confirmar a comienzos de este 2024: el 2023 fue el año más cálido registrado en el planeta. ¿Qué significa eso? Que las temperaturas promedio terrestres y oceánicas estuvieron bastante por encima del promedio de los años en los que se cuenta con registro.
En concreto, la temperatura promedio de la superficie terrestre y oceánica de la Tierra en 2023 fue 1,18°C superior a la del siglo XX, la temperatura global más alta entre todos los años del registro climático de la NOAA de 1850 a 2023.
¿Qué ocurrió en Uruguay? ¿Cómo se comportaron las temperaturas en comparación a los años anteriores y con respecto al promedio histórico en las distintas estaciones meteorológicas? El País revisó los datos de las dos últimas décadas -registrados por Inumet y recopilados por el INE en sus anuarios estadísticos- para ver qué ocurrió. Los datos de 2023 -que no son los oficiales- fueron cedidos por el meteorólogo Mario Bidegain, asesor meteorológico de Inumet.
Los datos del año que acaba de cerrar muestran que en ocho de los doce meses de 2023 las temperaturas estuvieron por encima del promedio histórico. A su vez, el promedio de temperaturas mensuales de todo 2023 estuvo 0,63°C por encima de la media con respecto al período 1991-2020.
El resumen de año del Instituto Uruguayo de Meteorología también da cuenta de las temperaturas altas: el 2023 fue el segundo año más cálido de los últimos 43 años, después de 2017.
De hecho, la información oficial de Inumet señala que marzo de 2023 fue el año más cálido de los últimos 43 años. El pico se deja ver de forma clara en la serie de los últimos 20 años. Mientras que en 2022 la temperatura media del mes -para todo el país- había sido 19,7, los datos proporcionados por Bidegain muestran que en 2023 la media se disparó a 25,3°C.
De la mano con lo que muestran los datos, el mapa de la NASA también deja ver cómo en la región la anomalía de temperatura en marzo fue notoria con respecto al período 1991-2020.
En primer lugar, dice Bidegain, se asocia al fenómeno de La Niña, la fase fría de El Niño, que lo que provoca en nuestro país "es la ausencia de lluvias y fundamentalmente en verano lo que pasa es que se disparan las temperaturas máximas, al no haber tanta nubosidad ni humedad, alcanzan valores más altos que el promedio”. Básicamente, durante La Niña, un fenómeno que involucra a la atmósfera y al océano, la temperatura de la superficie del mar en el Océano Pacífico está más fría de lo normal y eso provoca que en Uruguay la probabilidad de precipitaciones disminuya.
Durante el otoño de 2023 en Uruguay llovió menos de lo esperado en términos medios, con una sequía de tres años llegando a su punto máximo y marcando una situación sin precedentes desde el siglo XX.
En los meses siguientes, las temperaturas medias siguieron altas si se las compara con el promedio histórico. Excepto abril, mayo, junio, julio, agosto y setiembre mostraron anomalías por encima de la media. “Hay un efecto de arrastre que siempre ocurre en la atmósfera. Veníamos de tres años de sequía, con una atmósfera muy seca. A mitad de año se comenzó a normalizar, cuando salimos de La Niña”, explica Bidegain.
¿Hay una vinculación en Uruguay entre un 2023 cálido y los efectos del cambio climático? Para Bidegain, más allá de La Niña, “todo suma”. “El calentamiento global, como lo indica la palabra, afecta a todas las latitudes, a todos los países en mayor o menor medida. En Uruguay estamos junto a un gran océano, por lo que tenemos un clima muy moderado, no es un clima de extremos. Pero el cambio climático sin duda que también nos está afectando”.
El aumento en las temperaturas medias también se puede observar si se miran las medias anuales por estación meteorológica. En varios casos la temperatura media registrada se acerca a lo registrado en 2017, el año más cálido de los último 43 años.
Pero más allá de las temperaturas medias hay algo más que se puede esperar: que las temperaturas absolutas máximas sean altas en comparación al pasado. “La frecuencia de temperaturas extremas también se va elevando”, dice Bidegain y pone como ejemplo el caso de Montevideo, donde es raro que se alcancen 40 grados. “Si mirás la serie en los últimos 30 años, la tendencia a futuro sería que prácticamente se llegue todos los años en algún momento del verano a los 40 grados”.
En cuanto a lo que se puede esperar para este 2024, Bidegain pronostica “normalidad” en las temperaturas de otoño y primavera al entrar en la fase neutra de El Niño. Sin embargo, para la primavera 2024 podría volver a aparecer la fase fría, lo que daría lugar a una primavera y un verano cálidos.
