Uruguay atraviesa la peor sequía desde comienzos del Siglo xx. El 12 de mayo el Instituto Uruguayo de Meteorología dio a conocer un informe en el que afirmaba que el déficit pluviométrico que afecta al país desde 2020 es una situación “sin precedentes” desde que Uruguay tiene registros (comienzos del Siglo xx). La falta de agua, que primero se sintió en el sector agropecuario, impacta ahora también en el suministro de agua potable en algunas zonas del país. Preguntas, respuestas, datos y mapas para entender qué está pasando y dónde estamos parados.
El chofer del coche n°149 de la línea 121 declara que comienza su turno en la Planta Añón con destino expreso Punta Carretas.
El homber declara que sale desde Punta Carretas para hacer el circuito Ciudad Vieja y luego no recuerda más nada.
Mapas: Inumet
El informe publicado por el Instituto Uruguayo de Meteorología en mayo de este año no solo advierte que “no tiene precedentes, dentro del período de registros instrumentales del país”, sino que además destaca que lo que lo hace aún más excepcional es que se haya dado a lo largo de tres años. “Estudios previos han indicado que los períodos prolongados de sequía meteorológica, por lo general están agrupados en 2 años consecutivos”, indica.
El informe también expresa en cuanto a las precipitaciones que el último trimestre muestra anomalías mensuales para los tres meses tomando el período de referencia 1921-2010. Es decir, que en todas las zonas del país, de febrero a abril, llovió menos de la media. (Ver mapas).
La zona que se ha visto más afectada por la escasez de lluvias a lo largo de estos últimos meses es la zona suroeste del país.
Mario Bidegain, meteorólogo y asesor de Inumet en temas de clima, dijo a El País que para revertir la situación, si bien dependerá del tipo de suelo, la pendiente y otros factores, debería llover por encima de 80 milímetros para poder completar el agua de los suelos. “Primero tendríamos que completar el agua, que también depende de la profundidad de cada lugar, para eso sería necesario que lloviera entre 80 y 100 milímetros, para que después empiece a correr agua hacia los cursos superficiales. Eso podría darse en un evento o en dos por ejemplo. Si no tenemos lluvias por encima de esos milímetros sería difícil”, expresó.
Bidegain cree que la sequía actual se le puede «achacar» en gran parte al fenómeno de El Niño, que afecta particularmente a esta región. “Está comprobado que hemos estado en una fase fría, mucha gente lo aduce al cambio climático, pero no, estamos ante un evento de variabilidad climática”, señaló.
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