Inspirado en la metodología Montessori, con espacios diseñados para favorecer el movimiento y la autonomía de cada niño y niña dependiendo de la etapa de desarrollo en la que se encuentre. Cuenta con un equipo multidisciplinario de educadoras y docentes altamente capacitado en primera infancia.
Para que sea autónomo y autónoma en su propio proceso de aprendizaje y que pueda adoptar un rol activo en la toma de decisiones, con pensamiento crítico y reflexivo, y despertando su curiosidad ante el mundo. Los recursos y materiales de las salas se complementan con las estrategias de las docentes en pos del desarrollo integral de cada uno de los niños y niñas.
Trabajamos diariamente para que Arco Iris sea un lugar seguro para que puedan desarrollar habilidades sociales, cognitivas y emocionales. En definitiva, nuestro objetivo es educar para la vida”
Para que el niño y la niña desplieguen su potencial, es decir, que puedan preguntar, explorar e investigar por su cuenta propia, mientras que las docentes son guías que acompañan en ese proceso.
La clave está en partir del respeto de sus intereses y necesidades, para generar espacios, propuestas y actividades donde el niño y la niña sean los y las protagonistas de su propio aprendizaje, desafiando las metodologías de educación tradicional. El ritmo de aprendizaje no es impuesto por las docentes, sino que considera las necesidades singulares de cada niño y niña y su contexto familiar
La educación emocional es una parte fundamental. Cuando son pequeños y pequeñas los y las acompañamos en la identificación de sus habilidades socioemocionales para que las puedan expresar, y auto gestionar”
El centro surge en 2016 con la búsqueda de una propuesta educativa diferente para la primera infancia. La pequeña casa de once alumnos y alumnas hoy en día recibe a más de 120 niños y niñas, desde los 45 días hasta los 4 años de edad. Ubicado en el barrio Carrasco ofrece las opciones de concurrir todos los días o tres veces por semana en medio horario, horario con extensión, u horario completo, y una colonia de verano.
Donde se crea un vínculo cercano y presente con una comunicación fluida y trato cálido. “Buscamos que la familia se sienta parte del jardín, estamos juntos y juntas en la educación de sus hijos e hijas”, agregó Natalia Eraldi, coordinadora del centro.
