#Marcelo Bielsa

El “Loco” impuso su juego e ilusiona a un país que respira fútbol

Con Suárez y Cavani en retirada, el entrenador argentino le da forma a una nueva generación de futbolistas uruguayos

Cuando todo parecía encaminarse a una renovación con Diego Alonso, la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) sorprendió y en los últimos días de marzo pasado se reunió con Marcelo Bielsa. La noticia primero se dio a conocer en Argentina y de inmediato explotó en los dos lados del charco.
Técnico top, de largo recorrido y conocido por una particular obsesión que tiene sobre este deporte, el nombre de Bielsa (68 años) sacudió el mercado. La AUF se jugó todos los boletos al Loco aumentando considerablemente su presupuesto, pero convencido de que era el DT indicado para comandar a una de las mejores generaciones que tiene la selección: Josema Giménez, que ya venía del ciclo anterior pero sigue vigente, Ronald Araujo, Federico Valverde, Manuel Ugarte, Rodrigo Bentancur, Nicolás De la Cruz y Darwin Núñez. Todos en la edad perfecta como para ilusionarse con ser competitivos en el Mundial de Estados Unidos, México y Canadá 2026.
Las negociaciones duraron más de lo esperado. La AUF recién confirmó a Bielsa como entrenador el 11 de mayo. Una semana después habló por primera vez en una conferencia multitudinaria, incluso con periodistas del exterior, en el Estadio Centenario. “No tuvieron que convencerme, casi diría que todo lo contrario”, dijo aquel día. Bielsa hizo hincapié en la materia prima de los futbolistas y en la calidad de vida del país para justificar por qué había decidido hacerse cargo de este proyecto.
A pesar de algunas voces que manifestaron su discrepancia por tratarse de un DT extranjero, la AUF salió fortalecida con la elección de un técnico reconocido a nivel mundial por su trabajo en las selecciones de Argentina y Chile y en ligas como las de España, Francia e Inglaterra.
El entrenador puso manos a la obra y enseguida dejó su sello. Se encerró en el Complejo Celeste, pidió una serie de reestructuras edilicias y comenzó a tener charlas mano a mano con los futbolistas. Conversaciones largas, de fútbol (fútbol y más fútbol) y con mucho material visual para que entendieran de la mejor manera lo que él esperaba de ellos. Todos coincidieron en que quedaron sorprendidos con el nivel de información que manejaba Bielsa de cada jugador.

El entrenador puso manos a la obra y enseguida dejó su sello. Se encerró en el Complejo Celeste, pidió una serie de reestructuras edilicias y comenzó a tener charlas mano a mano con los futbolistas. Conversaciones largas, de fútbol (fútbol y más fútbol) y con mucho material visual para que entendieran de la mejor manera lo que él esperaba de ellos. Todos coincidieron en que quedaron sorprendidos con el nivel de información que manejaba Bielsa de cada jugador.
El rosarino trajo un cuerpo técnico extenso. Llegó acompañado del argentino Pablo Quiroga (segundo entrenador), el chileno Diego Reyes (ayudante técnico), la argentina Magalí Conde (logística), los españoles Sara Bouzas (logística) y Diego Bermúdez (videoanalista), el argentino Lucas Ouviña (auxiliar técnico) y el uruguayo Carlos Nicola (DT arqueros), el único que se mantiene del cuerpo técnico de Diego Alonso y que ya ejercía este rol con el maestro Óscar Tabárez.
Pero no todas fueron color de rosa. Antes del inicio de las Eliminatorias -hasta ese momento solo había dirigido dos amistosos ante Nicaragua (4-1) y Cuba (2-0) con equipos alternativos- Bielsa tuvo un fuerte cruce con el periodismo. Cuando ni siquiera había empezado a jugar por los puntos, el entrenador mostró su fuerte personalidad y trancó fuerte.

"El efecto que tiene en el aficionado no lo puedo medir. Sí veo lo conveniente que es para los medios que el entrenador tome resoluciones a favor o en contra de futbolistas que activen la polémica."

"A nadie se le escapa que al haber poca capacidad de análisis se activa la polémica"

“A mí por supuesto me interesa la opinión de los destinatarios, no me interesa lo que opinan los medios de comunicación. Lo importante no es lo que se diga, sino a la cantidad de gente que escucha y así actúan. No lo critico ni lo convalido. Insisto, todos ustedes (por los periodistas) pertenecen a empresas que no jerarquiza la construcción de ideas para los amantes del fútbol, sino que las empresas les piden que sean escuchados”, agregó.
La molestia de Bielsa se originó a partir de las no convocatorias de Luis Suárez y Edinson Cavani, goleadores históricos de la selección. Sobre la segunda quincena de agosto los medios habían informado que los jugadores no estaban reservados y, principalmente, no habían recibido ningún contacto por parte del entrenador.

“Cuando comencé a trabajar, Cavani expresó que su tiempo en la selección no se había terminado como también lo hizo Luis Suárez. Es por eso que con esas dos informaciones no necesité hablar con ellos”

Sus declaraciones hicieron ruido en el público, pero los resultados rápidamente terminaron de inclinar la balanza a su favor. La Celeste comenzó la Eliminatoria mostrando buen fútbol y consolidando la idea en resultados. Fue superior a Chile en el debut (3-1), perdió ajustadamente con Ecuador en la altura de Quito (1-2), sacó un importante empate en la hora en el calor de Barranquilla ante Colombia (2-2) y venció a Brasil (2-0) luego de 22 años. Uruguay fue más en todas las líneas de la cancha y la gente terminó gritando “oleee, oleee, oleee”... ¡ante Brasil! Fue un triunfo histórico.

Ya con su idea de juego grabada a fuego en el plantel, el DT optó por los regresos de los goleadores históricos para enfrentar a Argentina y Bolivia. Cavani se bajó de la convocatoria por lesión, pero Lucho recibió el calor del pueblo uruguayo en un Centenario repleto que lo ovacionó en más de una oportunidad. La Celeste se quedó con el clásico del Río de la Plata superando 2-0 al campeón del mundo, y por primera vez como visitante en Eliminatorias, y luego barrió sin problemas a Bolivia por 3-0 en Montevideo. Así cerró el 2023, firme en el segundo puesto de las Eliminatorias e ilusionando a todos con el rendimiento dentro de la cancha.

Zelmar Michelini 1287, CP.11100, Montevideo, Uruguay.
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