Una ola de calor azotó en los últimos días a Europa, Asia y Estados Unidos. En Argelia y Túnez, la temperatura máxima más alta fue de 48,7 °C y 49,0 °C , respectivamente, el 23 de julio. La estación meteorológica de la provincia china de Xinjiang reportó una temperatura de 52,2 °C el 16 de julio, estableciendo un nuevo récord nacional de temperatura según un informe de la Administración Meteorológica de China.
Julio fue también el mes más cálido registrado en Phoenix, Arizona, con una temperatura promedio de 39,3°C, según el Servicio Meteorológico Nacional de EE.UU. Allí se registraron 31 días, al 30 de julio, de temperaturas diurnas superiores a 43,3 °C.
A su vez, agosto comenzó con un calor inusual en partes de América del Sur como Argentina, Brasil, Chile y Uruguay. Por ejemplo, Chile registró su segunda temperatura invernal más alta de la historia para un día de invierno con 37,0°C en la ciudad de Vicuña en la cordillera. El norte y centro de Argentina registraron temperaturas de hasta 38°C y en Uruguay se vive un invierno con algunos días con temperaturas por encima del promedio para la época del año.
El aumento de la temperatura de los océanos lleva por un lado al aumento del nivel del mar provocando inundaciones y desplazamientos de personas. Además, tiene un impacto directo en la flora y fauna marina. También ha provocado el deshielo de glaciares y capas de hielo y la migración de cientos de especies a lugares más altos.
Los récords en temperaturas se explican entonces por el calentamiento global y también por un fenómeno climático incontrolable: El Niño.
El Niño es un fenómeno climático intermitente que se origina en el océano Pacífico. Este año comenzó el 8 de junio, según la Administración Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos.
El Niño no tiene que ver con el cambio climático y tiene un opuesto que es La Niña. Niño y Niña no pueden ocurrir simultáneamente. De forma simplificada, cuando las temperaturas de la superficie del Pacífico ecuatorial están por encima del promedio en aproximadamente medio grado se puede desarrollar El Niño. Cuando las temperaturas están por debajo del promedio, se puede formar La Niña.
También para que se formen Niño o Niña tiene que darse una serie de valores en la presión del aire entre las partes occidental y oriental del Pacífico ecuatorial. Así en este momento se dan las dos condiciones para entrar en fase de El Niño. Tanto El Niño como La Niña ocurren en promedio cada dos a siete años y puede haber períodos neutros.
“La llegada de El Niño aumentará de forma considerable la probabilidad de batir récords de temperatura y de activar un calor más extremo en numerosas regiones del mundo y en los océanos”, alertó Petteri Taalas, secretario General de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Según publicó el New York Times, los modelos climáticos proyectan para la década de 2040 que las olas de calor serán 12 veces más frecuentes. Estudios científicos afirman que temperaturas anormalmente altas son hoy 5 veces más frecuentes que si no existiera el cambio climático.
Un estudio de la universidad de Monash en Australia publicado en 2021 atribuye unas 5 millones de muertes al año a las temperaturas extremas. La investigación encontró que las muertes relacionadas con las altas temperaturas aumentaron en todas las regiones entre 2000 y 2019 y concluye que el calentamiento global debido al cambio climático empeorará esta cifra de mortalidad en el futuro.
Nuestro país no es ajeno a estos fenómenos. Y si bien El Niño tiene su origen en el Pacífico tropical, afecta también a esta zona del planeta.
Por un lado, los “veranillos” que se registraron durante estos días son una consecuencia directa de El Niño. “Estamos teniendo mucha mucha oscilación térmica, mucha amplitud térmica, que es lo que pasa cuando tenemos fases cálidas como las de ahora. De todas maneras este invierno lo vamos a terminar prácticamente por lo menos en promedio un grado por encima de lo normal”, dijo a El País Mario Bidegain, meteorólogo y asesor de Inumet. Sin embargo, este invierno no es el más cálido registrado en nuestro país. Las fases cálidas de El Niño no se caracterizan por un invierno frío, sino por lo contrario, con inviernos muy moderados.
¿Qué pasará en el verano? ¿Habrá olas de calor como en Europa, Asia y Estados Unidos?
Bidegain explica que para entender estas olas de calor en el hemisferio norte hay que tener en cuenta dónde se registran. Allí hay más superficie de continentes que en el hemisferio sur por lo que hay mayor amplitud térmica entre invierno y verano. “En Asia, en América del Norte, tienen veranos muy cálidos e inviernos muy fríos. Cosa que no pasa en hemisferio sur, esto no pasa acá”, aclara. Sin embargo, Uruguay no escapa al calentamiento global. “No zafamos de ese calentamiento pero en el hemisferio sur, como predominan las superficies oceánicas siempre el calentamiento es más moderado y menos pronunciado”, dice. “Si uno mira las tendencias estos últimos 30 o 40 años, va a observar que, más allá de la variabilidad de un año a otro, hay una tendencia creciente de las temperaturas medias anuales y eso lleva a que los veranos, obviamente, van a ser más cálidos año a año. Y también, más frecuentes las olas de calor. Siempre tenemos variaciones de un año a otro, debido fundamentalmente a El Niño o La Niña. Pero, repito, si mirás en la escala de los últimos 30 o 40 años ves claramente la tendencia creciente, que es común con el resto del planeta”, explica.
Según Bidegain, El Niño traerá un verano totalmente diferente al que tuvimos este año. “Posiblemente tengamos un verano con temperaturas por debajo de lo normal, un verano fresco, pero eso es debido justamente al efecto de El Niño”. Bidegain explicó que las aguas del Pacífico continuarán calientes hasta el verano y que la fase cálida de El Niño trae aumento de precipitaciones y nubosidad importante. También se pronostican temperaturas por debajo de lo normal, todo como consecuencia de este fenómeno climático que sucede lejos pero que impacta en todo el planeta.